Nací llorando
Nací llorando
Cuando me senté no pude evitar
sentirme intimidado por el hombre gordo y alto que había frente a
mi. A pesar de su calvicie, sus mejillas infladas y sonrosadas y de
su traje azul marino oscuro que marcaba contraste con su corbata
escarlata, ese hombre no me gustó.
-Bienvenido a la entrevista, ¿está
preparado para enfrentarse a unas preguntas fáciles pero necesarias?
-dijo el señor con voz nasal.
Respondí de forma afirmativa y empezó
con las preguntas, las primeras eran sencillas, nombre, raza,
orientación sexual, etc. Con cada pregunta la siguiente era más
enrevesada, hasta que empezaron a salir preguntas raras, yo no
entendía para que iban a servir cuando me dieran el acceso, aún así
respondí.
-¿Estaría usted dispuesto a
participar en un engaño por el mal común? -dijo con toda la
simpleza posible.
-No, por su puesto que no.
El hombre pareció molesto por la
respuesta, pero prosiguió.
-¿Estaría usted dispuesto a defender
injusticias sociales para poder hablar orgulloso del lugar al que sea
destinado? -Me miró al terminar de formular la pregunta, esperando
mi respuesta.
-No, la justicia en todos los ámbitos
prevalecerá ante cualquier orgullo irracional que se encuentre de
por medio -Respondí valientemente, y en la mirada de ese viejo
trajeado noté irritación.
-Y la última pregunta... ¿Buscará la
verdad o será crédulo ante las autoridades, que son sabias y
poderosas? -Esto último, lo dijo con cierto retintín, y esperando
-o eso creo- que respondiera como él quería.
-Por supuesto que no, buscaré la
verdad y trataré de comunicarla a todos los posibles, invitándolos
a que sigan el camino conmigo, o incluso ayudándolos a empezar desde
cero.
Eso respondí, y no le gustó, lo pude
notar cuando se cruzó de brazos y airoso me dijo que no podía
entrar en la vida, que no era el tipo de personas que buscaban, y yo,
al imaginarme cómo podía estar ese sitio al que llaman Tierra, tiré
la mesa de aquel capullo y salí corriendo hacia la puerta, tomando
ventaja hasta que él, al menos, levantara aquella gran tabla pegada
a cuatro palos. Abrí la puerta donde en un gran cartel se leía:
“VIDA”.
Nací llorando.
Aquí estoy, no pasé la entrevista,
pero veo que no fui el único en tirar la mesa y salir corriendo,
viviré gritando.
Zarkkus
Este microrrelato ha aparecido en la revista del centro IES Florencio Pintado Twinteres, Haz click aquí para verlo. Recomiendo echarle un vistazo a dicha revista, sube contenido muy interesante hecho por alumnos.